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La miel es una sustancia espesa, dulce y pegajosa que es tan antigua como las pirámides (en realidad, se remonta a mucho más atrás). Hay dos tipos principales de miel y la mejor para usar es la miel cruda. Es un agente antibacteriano de amplio espectro, por lo que es excelente para usar en la piel, especialmente si padecemos problemas como el acné. Está lleno de antioxidantes y también es un humectante natural. Esto es particularmente bueno para pieles secas o envejecidas. Además, las enzimas de la miel cruda descomponen y disuelven la suciedad que obstruye los poros. Esa es una ventaja increíble.
Date un capricho con un facial de miel. Aquí tienes tres que son sencillos y con ingredientes que probablemente ya tengas en tu cocina.
Combina el jugo de limón y la miel y aplica la mezcla en tu rostro. Déjalo reposar durante 20-30 minutos. El jugo de limón exfolia la piel, ilumina las manchas oscuras y atenúa las cicatrices.
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